Les Gorgones (mitologia grega)


[GEC, VIII, p. 173]: Cadascun dels tres monstres de la mitologia grega, filles de Phórcys i Kêtô, representades en figura femenina amb serps al cap, en lloc de cabells, i ales. Sembla que procedien de Líbia. A la Ilíada, Homer parla d'una sola Gorgona que figurava a l'escut de Zeus. Hesíode dóna el nom de totes tres: Sthénos, Euryálê i Medusa. Aquesta darrera, la Gorgona pròpiament dita, era perillosa per la seva mirada, que deixava petrificat. Tingué amors amb Posidó i fou morta per Perseu amb l'ajut d'Atena.

[1991 Noël] = Noël, J.F.M. y otros autores, Diccionario de Mitología Universal. Supervisado, ampliado y corregido por el Prof. Francesc-Lluís Cardona, 2 toms, Barcelona, Edicomunicación, S.A, 1991.

Tres hermanas hijas de Forcis, dios marino, y de Ceto, llamadas Esteno, Euríale y Medusa, las cuales habitaban dice Hesíodo, más allá del Océano, en el extremo del mundo, cerca de la morada de la Noche. No tenían entre todas más que un ojo y un diente, del cual se servían una después de otra, pero era un diente más largo que los colmillos de los más fuertes jabalís. Sus manos eran de cobre, y sus cabellos estaban erizados de serpientes. Con una sola mirada mataban a los hombres, y según Píndaro los petrificaban. Después de la muerte de Medusa, su reina, fueron a habitar, dice Virgilio, cerca de las puertas del infierno con los centauros, las harpías y otros monstruos de la fábula. Diodoro cree que las gorgonas eran unas mujeres guerreras que habitaban enn Libia, cerca del lago Tritónide; que estuvieron muchas veces en guerra con las amazonas, sus vecinas, que eran gobernadas por Medusa, su reina, en tiempo de Perseo, y que fueron destruidas enteramente por Hércules. Según Ateneo eran unos animales terribles que mataban con sus miradas: "Hay en Libia, dice, un animal que los nómadas llaman gorgona, que se parece a una oveja, cuyo aliento es venenoso, que mata en un instante a los que se le acercan. Cae sobre sus ojos una larga crin, la cual es tan pesada que el animal tiene mucho trabajo para apartarla y ver los objetos que hay a su alrededor; pero cuando se halla desembarazada de ella, mata todo lo que ve. Algunos soldados de Mario lo experimentaron desgraciadamente, en tiempo de la guerra contra Jugurta; porque habiendo encontrado una de estas gorgonas, y queriendo matarla, ella se les adelantó; y les hizo perecer con sus miradas. En fin unos caballeros nómadas, habiendo formado un reciento, la mataron de lejos a flechazos".

Algunos autores han creído que las gorgonas eran hermosas jóvenes que hacían prodigios tan sorprendentes sobre los que las miraban por su belleza, que se dice que los transformaban en rocas; otros por el contrario pretenden que eran tan feas que su vista petrificaba, por decirlo así, a los que las contemplaban. Plinio habla de ellas como de unas mujeres salvajes: "Cerca del cabo occidental, dice, están las Gorgotas, antigua residencia de las gorgonas. Hanón, general de los cartagineses, penetró hasta allí y encontró unas mujeres que igualaban el vuelo de las aves en velocidad. Entre muchas de las que vio solo pudo coger dos, cuyas pieles estaban tan llenas de crines que, para conservarlas como una cosa prodigiosa e increíble, se colgaron en el templo de Juno, donde permaneció hasta la ruina de Cartago". Palefato refiere que las gorgonas reinaban en tres islas del Océano, que no tenían más que un ministro, que pasaba de una isla a otra (lo que parece hacer alusión al ojo que se prestaban sucesivamente:) y que Perseo, que corría entonces aquellos mares, sorprendió este ministro mientras pasaba de una isla a otra, y he aquí el ojo robado en el acto en que una lo daba a su hermana: que Perseo se ofreció devolvérselo, si por su rescate, se le quisiese entregar la Gorgona, esto es una estatua de Minerva de cuatro codos de Altura, que estas mujeres tenían en su tesoro, pero que no habiendo querido consentir Medusa, Perseo la mató.

Entre los modernos que han explicado esta fábula, hay algunos que toman las gorgonas por yeguas de la Libia, robadas por unos fenicios capitaneados por un tal Perseo. "He aquí, dicen, las mujeres vellosas de Plinio, que se volvían fecundas sin la participación de un esposo", lo que conviene a los jumentos, según la opinión popular de que hace mención Virgilio en sus Geórgicas, donde dice que concebían volviéndose hacia donde sopla el céfiro. Fourmont encuentra en el nombre oriental de las tres gorgonas, el de tres naves de transporte que comerciaban en la costa de África, donde se traficaba con oro, marfil y cuernos de varios animales, ojos de hiena y otras piedras preciosas. El cambio que se hacía de estas mercaderías en diferentes puertos de la Fenicia y de las islas de Grecia, es el misterio del diente, el cuerno y el ojo que las gorgonas se prestaban mutuamente. Estas naves podían tener algunos nombres y algunas figuras de aquellos monstruos. Perseo, que navegaba los mares, se apoderó de dichos barcos mercantes y se llevó sus riquezas a Grecia.Met. 4. Apolon. 4. Apolod. 2, c. 1. 4, etc. Ilíada, 5, 11. Eneida, 6. Diod. 1, 4. Pind. Olimp. 3. (V. Medusa, Perseo).

Bibliografia

Literatura grega